jueves, 29 de diciembre de 2011

La "locura" y la educación no están reñidas

Como todo el mundo sabe, a día de hoy no todas las enfermedades mentales están tan integradas en la sociedad. No es raro oír constantemente en las noticias: " Un esquizofrénico ha asesinado a su vecino con un hacha", o "un esquizofrénico corta el cuello a su madre de 86 años de edad"...
El desconocimiento de la gente acerca de las enfermedades mentales unido a las noticias que constantemente nos bombardean desde los medios de comunicación hace que la gente tenga miedo a estos enfermos. Sin ir más lejos, cuando la gente se entera de que trabajo con este tipo de usuarios, las preguntas más frecuentes son:
¿No tienes miedo a que te pase algo?
¿La gente va corriendo con los brazos en alto y gritando?
¿No se te pegará la locura?
Estas son entre otras, las preguntas que frecuentemente se hace la gente" normal", sobre todo la gente que desconoce en qué consiste esta enfermedad.
Pues bien, creo que una de las cosas prioritarias es la normalización de este tipo de enfermedades. Bajo mi punto de vista, esta normalización-educación debería darse tanto desde el ámbito familiar como desde las instituciones regladas como son las escuelas, institutos, etc...
Cada vez con más frecuencia las personas van a lo suyo sin tener en cuenta que hay enfermos que necesitan aceptación por parte de la sociedad, recursos y oportunidades en el empleo para llevar a cabo una rehabilitación que, si bien en algunos casos muy crónicos no podrá darse, en otros con más suerte sí. Por lo general, si no tenemos un caso que nos afecte de lleno, ya sea el caso de algún familiar, amigo, conocido, nos desentendemos del tema. Cosa que, dada la sociedad en la que vivimos, no es para echárselo en cara a nadie, ya que las preocupaciones diarias que nos invaden son cuantiosas, sobre todo en estos tiempos de crisis.
Bajo mi punto de vista, creo que todos sin excepción deberíamos concienciarnos de que hay gente que diariamente lo pasa mal, pero que con un poco que cada uno "arrimemos el hombro", muchas personas serían más felices simplemente con el hecho de sentirse integradas. Aunque esto lo veamos como una utopía, algún día podrá llegar a conseguirse. Pero en fin, esto al fin y al cabo es una humilde reflexión que queda muy bonita escrita, pero que esperaremos con anhelo que llegue a cumplirse.
Ángela A.

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