sábado, 31 de diciembre de 2011

jueves, 29 de diciembre de 2011

Algunas enfermedades mentales curiosas


  1. Ceguera al movimiento: Una variedad muy rara de visión ciega. El paciente ve bien los objetos estáticos, pero no percibe el movimiento. Si echa el café en una taza, capta sin problemas la cafetera, la taza, el plato, pero el  chorro de café aparece ante sus ojos como una columna helada e inmóvil. Es un mal inhabilitante. Los coches, las personas, las imágenes de televisión aparecen y desaparecen de pronto a distancias diferentes, pero se pierden en cuanto se mueven. Los pocos casos conocidos se han producido tras un accidente cerebro-vascular.
  2. Síndrome del acento extranjero: Existen 50 casos localizados en todo el mundo. Este trastorno surge cuando varias conexiones de los centros de control del lenguaje en el lado izquierdo del cerebro se ven dañadas. Algunos pacientes generan un patrón de lenguaje distinto al propio. En ciertas ocasiones, el individuo acaba hablando con acento distinto al de su país o una lengua irreconocible, producto de la mezcla de varios idiomas con los que haya tenido contacto.
  3. Visión ciega: Los pacientes parecen totalmente ciegos, al menos respecto a una parte de su campo visual. Si se les pregunta si pueden ver un objeto en esa zona, la respuesta es negativa. Pero si se les fuerza a señalas dónde se halla ese objeto, indicará el lugar correcto. De alguna manera, sus mecanismos visuales se han interrumpido. Pueden ver, pero no son conscientes de ello.
  4. Tricotilomanía:  Es un mal que padece cerca del 1% de la población. El enfermo arranca compulsivamente el pelo de cualquier parte del cuerpo. Cabeza, cejas, pecho, zona púbica...
  5. Síndrome de Tourette:  Los enfermos de este mal sufren tics compulsivos que pueden ser de todo tipo, desde simples movimientos faciales a tics vocales. En este último caso, el paciente se ve incapaz de controlar los sonidos y vocablos que emite. A veces, el paciente dice tacos sin control en cualquier situación, a lo que se denomina coprolalia. Uno de cada 200 sujetos con tics crónicos pueden llegar a padecer este trastorno de orígen crónico.
  6. Síndrome de Munchausen: Se trata de uno de los trastonos ficticios más graves. El paciente simula tener enfermedades mediante la ingestión de productos dañiños e incluso se practica heridas y mutilaciones para llamar la atención y así beneficiarse de las supuestas ventajas de ser cuidado. Cuando el paciente hace lo mismo con sus seres queridos, como por ejemplo con sus hijos pequeños, el trastorno se llama Síndrome de Munchausen por proximidad.
  7. Síndrome de Capgras: Es un trastorno de la capacidad de identificación. El paciente ve la cara de su cónyuge, por ejemplo,  y está seguro de que se trata de un impostor. Parece que se debe a alguna desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva. El sujeto ve un rostro conocido, pero no experimenta las reacciones afectivas correspondientes a la visión de un ser querido, por lo que interpreta que es un impostor.
  8. Síndrome de Korsakov: Suele ser una consecuencia del alcoholismo crónico. Se trata de una lesión cerebral que provoca amnesia. El paciente es incapaz de recordar los nuevos hechos o experiencias, su memoria a corto término está gravemente afectada, sólo recuerda hechos antiguos, anteriores a la enfermedad. La persona cree que tiene la edad que tenía al empezar esta enfermedad y piensa que se encuentra viviendo en esa época. Todo lo que hace actualmente se le olvida rápidamente.
  9. Negligencia hemisférica: Es el deterioro de los centros visuales de un lado del cerebro que provoca que el enfermos solo vea la mitad de las cosas. Estos pacientes solo comen, por ejemplo, la mitad izquierda del plato, escriben en el lado izquierdo del folio, o se atan solo el zapato izquierdo.
  10. Anasognosia: Enfermedad que suele producirse cuando un traumatismo daña la parte derecha del cerebro y paraliza la parte izquierda del cuerpo. En algunos casos el paciente ve su brazo paralizado pero cree que se mueve. Si se le pide que anude los cordones de sus zapatos, lo intentará hacer con una sola mano, y evidentemente no podrá concluir la tarea, pero él creerá que lo ha conseguido como si tuviera las dos manos útiles.                                                             Ángela A.

La "locura" y la educación no están reñidas

Como todo el mundo sabe, a día de hoy no todas las enfermedades mentales están tan integradas en la sociedad. No es raro oír constantemente en las noticias: " Un esquizofrénico ha asesinado a su vecino con un hacha", o "un esquizofrénico corta el cuello a su madre de 86 años de edad"...
El desconocimiento de la gente acerca de las enfermedades mentales unido a las noticias que constantemente nos bombardean desde los medios de comunicación hace que la gente tenga miedo a estos enfermos. Sin ir más lejos, cuando la gente se entera de que trabajo con este tipo de usuarios, las preguntas más frecuentes son:
¿No tienes miedo a que te pase algo?
¿La gente va corriendo con los brazos en alto y gritando?
¿No se te pegará la locura?
Estas son entre otras, las preguntas que frecuentemente se hace la gente" normal", sobre todo la gente que desconoce en qué consiste esta enfermedad.
Pues bien, creo que una de las cosas prioritarias es la normalización de este tipo de enfermedades. Bajo mi punto de vista, esta normalización-educación debería darse tanto desde el ámbito familiar como desde las instituciones regladas como son las escuelas, institutos, etc...
Cada vez con más frecuencia las personas van a lo suyo sin tener en cuenta que hay enfermos que necesitan aceptación por parte de la sociedad, recursos y oportunidades en el empleo para llevar a cabo una rehabilitación que, si bien en algunos casos muy crónicos no podrá darse, en otros con más suerte sí. Por lo general, si no tenemos un caso que nos afecte de lleno, ya sea el caso de algún familiar, amigo, conocido, nos desentendemos del tema. Cosa que, dada la sociedad en la que vivimos, no es para echárselo en cara a nadie, ya que las preocupaciones diarias que nos invaden son cuantiosas, sobre todo en estos tiempos de crisis.
Bajo mi punto de vista, creo que todos sin excepción deberíamos concienciarnos de que hay gente que diariamente lo pasa mal, pero que con un poco que cada uno "arrimemos el hombro", muchas personas serían más felices simplemente con el hecho de sentirse integradas. Aunque esto lo veamos como una utopía, algún día podrá llegar a conseguirse. Pero en fin, esto al fin y al cabo es una humilde reflexión que queda muy bonita escrita, pero que esperaremos con anhelo que llegue a cumplirse.
Ángela A.